luns, 12 de xaneiro de 2015

'Hogar de los sin hogar' recuerda la vida miserable de los pobres en el Londres victoriano


  • Una exposición quiere remover el encanto de la era victoriana recreando la dramática realidad de la vida cotidiana de los desfavorecidos y explotados.
  • Al menos 30.000 niños, 'sucios, desnutridos y semidesnudos', vivían en las calles de la capital mientras la riqueza de la Revolución Industrial beneficiaba a la burguesía.
  • A mediados del siglo XIX la ciudad no tenía red de saneamiento, las calles eran inmundas y sólo una minoría de los pobres tenía techo en tugurios sobrepoblados.
JOSE ÁNGEL GONZÁLEZ. 10.01.2015. 20 minutos

Un penique por pasar a noite nun banco, Londres 1900
"Solemos imaginarnos la Era Victoriana como un periodo familiar, una época de estabilidad y desentendimiento del mundo circundante. Ese era precisamente el ideal para los victorianos, pero para un enorme número de londinenses la realidad era muy diferente". Este sucinto prólogo señala a las claras la intención de la exposición Homes of the Homeless: Seeking Shelter in Victorian London (Hogar de los sin hogar: buscando refugio en el Londres victoriano), una muestra que desea remover el encanto nostálgico con el que se recuerda y añora en el Reino Unido el largo reinado de Victoria I, entre 1837 y 1901.
La muestra, organizada por el Geffrye, el único museo de la capital dedicado al hogar y a la forma y condiciones en que las personas han vivido y viven, desea contar la historia del "otro Londres" victoriano, una ciudad adusta donde la miseria y la crueldad eran cotidianas y visibles y un sistema de explotación salvaje del ser humano —niños incluidos— era consentido para mantener los logros en ascenso en lo político, cultural, científico, artístico, industrial y económico. La exposición, que se celebrará entre el 24 de marzo y el 12 de julio, muestra cómo vivían —el verbo debe ser leído en tono perverso o irónico— quienes edificaban aquel milagro.
Trabajo infantil, prostitución, crimen...
Frente a la realidad visible de la bonanza del reinado de la cautivadora soberana —amante de las artes, practicante de la fotografía, promotora del esteticismo, querida por el pueblo...—, la era victoriana reunía las condiciones de próspera y obscura: el orgullo nacional británico alcanzaba cotas muy altas y, al tiempo, el trabajo infantil, la prostitución y los abusos estaban enquistados y sostenían el sistema, basado en una supuesta moral rígida e inquebrantable. Del lado negro de la realidad emergieron los crímenes de Jack el Destripador en 1888, la miseria narrada en las novelas de Charles Dickens o el romanticismo oscuro de las hermanas Brontë.
Homes en camas-cadaleito do Exército de Salvación
"Decenas de miles de personas vivían en lodging houses [inquilinatos con grandes dormitorios comunes] que ofrecían una cama a veces compartida con desconocidos. Había un incontable número de otras personas que ni siquiera disponían de los peniques para pagar estos alojamientos y debían dormir en los mismos talleres donde trabajaban", los workhouses, cuyos dueños, que eran a la vez patronos, también cobraban por la pensión, añaden los organizadores de Homes of the Homeless.
Las aguas con deposiciones y orines, en las calles
A mediados del siglo XIX Londres ofrecía todas las vanidades de la cultura, los espectáculos y el esparcimiento, pero la ciudad no tenía red de saneamiento y las aguas sucias con deposiciones y orines terminaban en las calles inmundas. Al menos 30.000 niños, "sucios, desnutridos y semidesnudos", vivían en las calles de la capital mientras la riqueza de la Revolución Industrial beneficiaba a los privilegiados. La prostitución y la delincuencia eran crecientes y las condiciones de vida en la ciudad hacían palpable de un modo grosero la brecha social.
El periodista Henry Mayhew describió la situación como "una desgracia nacional" en 1849, cuando publicó una serie de artículos sobre la "miseria, ignorancia y vicio" que convivían con la "inmensa riqueza y los grandes conocimientos" de la ciudad. El esplendor victoriano vivía puerta con puerta con muertes por desnutrición de niños que sólo ganaban lo suficiente para pagar una corteza de pan trabajando como deshollinadores, en telares o como limpiabotas.
'Espantarían a cualquier observador contemporáneo'
La exposición muestra mediante cuadros, fotos, documentos, publicaciones y objetos los lugares habitados por los desheredados sociales. Se exhiben testimonios escritos de personas que residieron en workhouses y trataron de organizarse para hacer frente a las injusticias, se describe como muchos barrios obreros fueron demolidos para construir nuevas estaciones de ferrocarril o dar paso a las vías, empujando a ingentes cantidades de personas a mudarse a lodging houses, cuyo abandono y suciedad "espantarían a cualquier observador contemporáneo".
Una sección final de la exposición está dedicada a la organización New Horizon Youth Centre, que se dedica a ofrecer soluciones para jóvenes que son vulnerables o están en riesgo de quedarse en la calle y tener que vivir sin techo.